martes, 9 de diciembre de 2008

Pensamiento Oscuro 18: Sueño ajeno

sigo "offline"...
..no es un pensamiento mío, es algo que leí hace mucho tiempo... y lo hice mío, porque siento así... me da escalofríos cada vez que lo leo.... me embarga....

“¿En qué se diferencia de tu sueño?”,
le preguntaba él cada cierto tiempo.
Y entonces ella proponía alguna locura fácil de realizar: unas clases de baile de salón, un pequeño acto de vandalismo, una escapada improvisada, sin maletas.
Él admiraba su imaginación compulsiva, y aunque suponía que no todas esas cosas habían formado parte de sus sueños, sino que las estaba imaginando sobre la marcha, las hacía realidad sin pensarlo. No sólo por la seguridad de estar haciéndola feliz, sino porque a él, que pensaba que las metas estaban para perseguirlas, y no para alcanzarlas, le proporcionaba un inmenso placer que siempre hubiera algo más que hacer, que siempre se pudiera pulir un poco más el sueño.
“¿En qué se diferencia esto de tu sueño?”
A veces, cuando la respuesta era obvia, por ejemplo tras una discusión, el simple enunciado de la pregunta le bastaba a ella para entender su propósito de remendar un error, y le besaba con todas sus fuerzas. Pero otras veces él lo preguntaba cuando todo estaba bien, después de una tarde de película. Era entonces cuando ambos descubrían que siempre podía haber un poco más. Se sonreían, cómplices, y pensaban que el mundo sería un lugar mejor si todos se preocuparan de preguntar a cada momento a la gente que tienen cerca qué se les ocurre para ser un poco más felices.Sería estupendo que pudiéramos llevar escrito en algún sitio visible el próximo paso para alcanzar nuestro sueño. Pero callamos, y a cada minuto perdemos infinitas oportunidades de hacer felices a las personas que queremos, o de que ellos nos hagan felices a nosotros.
“En mi sueño mirábamos la tormenta desde el sofá, y yo llevaba un vestido rojo”. Y ambos se ponían a la tarea, como buenos actores que interpretaran un papel, siempre excitante, siempre completo. Inventaban historias y descubrían en ellas nuevos sentimientos, o sentimientos ya olvidados que habían permanecido ocultos esperando ese juego, esa inocencia, esa desfachatez de ir contra las reglas y pretender vivir en un continuo e interminable sueño cumplido.Pero era un descaro, y para una empresa tan ambiciosa hacía falta haber atado antes todos los cabos. Resultó que él empezó a soñar cosas. Que su sueño dejó de ser únicamente el de cumplir los de ella.
Comenzó a desear que ella también le preguntara qué le faltaba para ser un poco más feliz. Como esa pregunta nunca salió de sus labios ni se dedujo de sus actos, él decidió un día, casi sin querer, preguntárselo a sí mismo. “¿Qué le falta a esto para ser mi sueño?”Y no supo contestarla, porque en realidad no había nada que se pareciera remotamente a lo que él un día había anhelado, cuando aún tenía sueños propios. Sí, había tenido sueños, de los que apenas recordaba un esbozo. Su búsqueda de la felicidad de ella los había destruido como un potente ácido. Entonces, descubrió lo peligroso que es vivir en sueños ajenos. Su primer impulso fue prometerse que no volvería a hacerlo. Pero entonces tuvo miedo. Le pareció demasiado tarde para construir sueños nuevos. Los sueños se forjan lentamente, sin darnos cuenta, como se forma una estalactita; pero pretender levantarnos de golpe le pareció una tarea demasiado pesada, que le venía grande. Así que, después de reñirse brevemente a sí mismo, decidió ser coherente con el camino que había tomado, apretó ligeramente la mano de ella, le sonrió y habló más despacio que nunca, con la voz más grave que nunca...
“¿En qué se diferencia esto de tu sueño?”

6 comentarios:

Luna dijo...

Cuándo leo historias cómo ésta, me da mucha envidia. Yo no puedo, no me da la imaginación, jajaja.
Es tan buena.
Me encanta.

Besazos.

Udalaitz dijo...

Ey, te he echado de menos...
Gracias por todo lo que me aportas
Muxu

Alonee dijo...

buenas noches, Luna....
si, es buena, me gusta ir recogiendo aquellas cosas que me gustan, recolectando.... como un coleccionista...

mix... como sigas así me vas a poner sentimental....
en serio, tu también me aportas... es algo así como... soy tu hombro-eres mi hombro, ¿no?

un beso grande a las dos...

sarah dijo...

Por fin he tenido un ratito para leer el relato con calma.

Es precioso, es muy bonito, me ha emocionado. Es dulce, es una manera preciosa de describir lo que es el amor del bueno, ese que arrasa y nos desdibuja hasta el infinito. Hacía tiempo que nadie me lo recordaba con tanta sencillez, con tanta delicadeza...

¿Lo has escrito tú?

Muxu bat, Alonee

Alonee dijo...

Buenas tardes, Sarah:
no, no lo he escrito yo... lo he "adoptado", porque coincidió mi lectura de este relato con el comienzo de mi blog, y el "flechazo" fué inmediato. Guardé el relato, pero no recuerdo el Blog del que lo leí.
Estoy haciendo labor de investigación, porque mínimamente me gustaría poner un enlace a ese blog además de pedirle permiso para poner "su" (ni siquiera se si era original de ese blog o es de algún otro sitio) relato.

un beso.

Laureta dijo...

La verdad es que es un relato genial, muy xulo, pero con un mensaje agridulce entre sus preciosas lineas... aunque parece ser que al protagonista no le importa ese pequeño detalle amargo... Y al final, eso es lo que importa...

A mi siempre me ha gustado intentar alcanzar mis sueños, pero reconozco que intentar que los sueños de los demás, se cumplan, puede ser mucho más reconfortante... pero me pregunto que será que alguien intente hacer para que se cumplan mis sueños... jejejeje... qué rallada!

Los sueños y yo... Yo y los sueños!

Un beso Alonee...! Siento ir siempre con retraso, pero me encanta leerte, aunque sea tarde!