.... y allí estaba yo. Sentado, en el café, esperando junto a la ventana, junto a una ventana que presentaba una imagen difusa, distorsionada por el frío, de la calle. Mesa de mármol, café sólo, fuerte, sin azúcar.
esperando....
¿qué esperaba? quizás que aparecieras. Quizás que, contra la certeza de saber lo que iba a pasar, aparecieras. Quizás que entraras por la puerta del café acudiendo a mi grito mudo de socorro, me ahogo.... en este mar de gente...
quizás...
¿qué hago aquí? me empiezan a sudar las manos... tengo la odiosa sensación de que la gente me mira... no me gusta, me gusta pasar inadvertido... no puedo respirar...
entra una mujer por la puerta, hermosa, pero no eres tú.
Quiero que vengas, quiero que aparezcas aquí, a mi lado, y lo quiero con esa rabia de niño que desea salirse siempre con la suya... quiero que nuestros ojos se crucen, que tu mirada caiga como un bálsamo en el caótico desorden que impera mi ser.
te anhelo...
anhelo tu olor, ese olor cuando hundo mi cara en tu cuello... tu olor al abrazarte, y como inconscientemente, ligeramente, te tensas, anticipando cual puede ser el próximo movimiento, anticipando... teniendo todo controlado, sin abandonarte, con esa seguridad de tener siempre controlado todo...
y aún así quiero que aparezcas...
son las seis. Hoy tampoco es el día, me levanto, pesadamente, resignándome de nuevo, otro día... regreso a mi oscuridad...
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5 comentarios:
Quién sabe, quizá algún día...
He llegado a tu casa, siguiendo el enlace en mi blog. ¡Qué texto más sugerente, oscuro! Como el de muchos días de mi pasado en que yo añoraba esa presencia, ese olor, esos ojos, esa piel... El día llegará. Aún así hay días en que no me puedo levantar... perseguido por la oscuridad. Un cordial saludo.
En cuanto a lo que me preguntas si era cierto que sacaba a mis alumnos a la calle como decía en el post, te puedo asegurar que es cierto, quizás los que participaron no olvidarán ya las Coplas de Jorge Manrique.
Ayer lo leí.
Estoy segura de que Ángel, el personaje sobre el que escribo esbozos, tembló como una hoja al leer tu fragmento, porque ella, lo sé, vivió ese momento que tú describes, lo vivió, casi le encontró, mas, ¡ay! fue tan efímero que todavía le cuesta olvidar, fingirse que nunca ocurrió...
Hermoso relato, cuéntanos más de ese personaje al que le gusta el café, negro, solo, fuerte, sin azúcar, como a Ángel, como a Sarah...
Muxus, Alonee
Es ficción, pr te aseguro q me suena.. Uff es terrible esa sensación ..besos
Ficción??? Siempre en la vida uno espera algo, o alguien... por desgracia muchas de esas veces ni siquiera sabemos qué es eso que estamos anhelando, y pasan los dias i las noches y nada cambia a tu alrededor...
Por eso, lo mejor es hacer de esa espera un momento mágico, que sólo tu puedas percibir, para que la espera amarga, se convierta en un momento de serenidad para el que espera.... Un momento agridulce, nunca mejor dicho!!
Un beso, i feliz año!
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