viendo cómo caía el agua de una fuente.
Era la noche dulce y argentina. Lloraba
la noche. Suspiraba la noche. Sollozaba
la noche. Y el crepúsculo en su suave amatista,
diluía la lágrima de un misterioso artista.
Y ese artista era yo, misterioso y gimiente,
que mezclaba mi alma al chorro de la fuente.
Ruben Dario
Esta obra quizás no sea muy conocida... pero me gusta.
no pertenece a ninguno de sus libros... la catalogan dentro de su "obra dispersa"....
En días así ( y hoy me siento un poco así...) me identifico con el sentido (el que yo le doy) de esta obra... me gusta, en general este autor, y me gusta, concretamente, esta obra...
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